2020: el año de la Pandemia

La llaman Covid-19 y es la enfermedad que se convirtió en pandemia global en el año 2020. No se pueden siquiera contar los memes que han salido en relación a esto. Pero el tema es serio, es muy real y tiene un grado importante de letalidad.

Todo empezó como cualquier película de ciencia-ficción: cerraron varios países enteros durante todo un mes. Y después, como una maldición gitana, empezó a regarse a otros países, en los que la gente empezó a morirse en sus casas. Llegaban vídeos y audios de personas que decían tener a su madre o hermana muerta en su casa hacía una semana, porque nadie había contestado el teléfono para venir a buscarla. También había médicos llorando en las redes porque en sus ciudades la gente no entendía que había que quedarse encerrados en sus casas, porque no había capacidad en el sistema de salud para atenderlos a todos.

Sin embargo, yo sufrí de una enfermedad que al parecer es mucho más importante que estas pandemias anunciadas por la OMS, que a mi parecer sirven muy bien a las grandes farmacéuticas para vender sus vacunas: LA FALTA DE CABLE. Resulta que empezando el mes de febrero del año aciago, los muy expertos empleados de una muy eficiente empresa contratista de la alcaldía de mi municipio, intentaban sustituir los semáforos, dañados por unos idiotas que protestaban contra el gobierno (es que los protestantes también son muy eficientes), cuando de pronto cortaron el cable de fibra óptica que surte la señal que lleva la televisión a mi edificio.

Y allí empezó mi extrañamiento con la realidad: no vi más nunca los canales extranjeros, que abundaron hasta el vómito en los pelos y señales de los cuentos de los enfermos, muertos, técnicos, familiares, limpiadores, camilleros, funerarias, periodistas, fotógrafos, choferes de ambulancias y porteros de hospitales, los cuales lloraban, gritaban y pedían por favor que dios los ayudara. Pero también empezaron a pasar gente en los balcones cantando el himno nacional de esos países y contando cuentos y haciendo gimnasia y diciendo a los vecinos cuántos los querían y tocando gon. Finalmente salieron las grabaciones de artistas consagrados y no tanto, haciendo canciones en grupo, para que vieran que ellos tenían sendos estudios de grabación en sus casas, donde tenían que estar confinados.

Todo eso yo me lo perdí. Sólo lo veía varios días después, porque los amigos y familiares se apiadaban de mi y lo enviaban por whatsapp. O lo veíamos en los noticieros de la infinitamente fastidiosa televisión local, cuyas noticias siempre tienen al menos un día de delay. Sólo algunas veces lo veíamos en los sitios de internet de las grandes transnacionales de la propaganda mundial, a la cual acudo en muy pocas ocasiones, porque la verdad es que para envenenarme con noticias refritas, me quedo sin saber.

Entonces cuando todo el mundo sufría en la cuerentena, viendo todas las desgracias que había causado el Covid en el mundo, yo limpiaba el maletero, llevaba la mitad de mis matas para la planta baja del edificio y hacía mi jardín, lavaba mis cortinas y les hacía ruedo (pendiente por hacer hacía varios años), ponía botones a varias prendas, cosía tapabocas, horneaba un pernil que tenía guardado desde diciembre y un sin fin de esas miles de cosas que se tienen pendientes, porque nunca hay tiempo. Y por último me puse a hacer un Diplomado y un curso por internet.

Entonces un vecino me dijo por chat, que estaba haciendo un trabajo y que necesitaba la opinión de varias personas sobre la manera en que estaba afrontando el tema cuarentena, porque muchas personas estaban en sesiones de psicoterapia, porque estaban muy afectadas por tener que estar encerradas y sin su rutina por tanto tiempo. Estuve a punto de contestarle: Yo me la he pasado bomba! Pero hay que tener empatía con la gente y consideré que eso hubiera sido muy poco simpático. Entonces mentí y redacté una serie de consideraciones que no sentí nunca sobre un tema que me parecía sólo un show más.

Y no es que crea que el covid 19 no existe o no es letal. Es que comparado con la letalidad del hambre o del mismo Sida, el covid es una niña de pecho. Pero a lo mejor mi consideración tiene que ver con la poca exposición a la propaganda sobre la pandemia que tuve en la etapa inicial de todo el proceso.

Comentarios

Entradas populares