La inseguridad de la seguridad



Punta Paitilla, Panamá

La seguridad es un problema típico de la “clase media” (que lo único de media que tiene es que es media pendeja al creer que tienen alguna posibilidad de pertenecer a la “clase alta”). Y es que las clases medias son las únicas en el mundo que creen que puede haber alguna seguridad.

Todos los mortales pobres saben que la única seguridad que todos tenemos en la vida ES LA MUERTE. Y lo saben, porque la muerte está mucho más cerca de los pobres, porque los pobres son más. Me explico: si yo tengo 14 hijos y se me mueren 7 de enfermedades o accidentes o a manos del hampa o de la policía (que es lo mismo pero con licencia), he estado mucho más expuesto a la muerte que una persona que tiene 2 hijos a la que se le ha muerto 1. Con esto no estoy en absoluto banalizando la muerte de un ser humano, porque como dice Andrés Eloy, cuando tengo un hijo tengo a todos los hijos. Pero hay que poner las cosas en su justo nivel: la muerte es lo único seguro que hay en la vida. Lo demás no existe.

Porque la verdad es que nada es eterno y de la vida no te puedes llevar nada contigo. Así que por más que hagas mucho dinero y tengas casas y empresas y dinero invertido y rentas y todo eso lo tengas en un país del llamado “primer mundo” o “desarrollado”; por más que tengas todos los bienes asegurados y reasegurados; por más que tengas un ejército de gente cuidándote y cuidando el camino por donde vas a pasar; la única verdad, lo único cierto, lo único seguro es que cuando te vayas a morir, te vas a morir y nada lo va a evitar y no te vas a llevar nada. Lo que han logrado evitar los ricos es morirse pronto, pero al final todos nos morimos.

Lo único que puedes hacer es rezar para que haya reencarnación y karma y puedas cada vez seguir creciendo y en cada vida nazca una mejor persona con tu misma energía. Así el mundo sería inevitablemente mejor cada vez, sin tener que hacer mucho esfuerzo. Yo creo que la vida humana ha ido de peor para mejor; pero estoy segura que un día se va a acabar por completo. Porque así es la vida, finita. Y menos mal, porque no me puedo imaginar peor maldición para un pobre, que vivir por siempre.

Por supuesto que para mi es más fácil hablar de la muerte porque no tengo hijos, que es lo que creo que hace que la gente quiera encontrar seguridades. Darle la mayor de las seguridades a los hijos es lo que mueve a la mayoría de la gente del mundo a hacer cosas. Y algunas veces es muy difícil decirles a los que tienen hijos que todos nos vamos a morir, incluso sus hijos, hagamos lo que hagamos, por aquello de la sensibilidad. Pero hay gente que debería revisarse cada vez que llora sinceramente por “la inseguridad desbordada”. Porque hoy pareciera haber más “inseguridad” que ayer, porque nos enteramos inmediatamente por Twitter o por Facebook de que alguien fue muerto a manos de un asaltante; pero entre 1960 y 1964 miles de compatriotas fueron muertos a manos de los aparatos de represión del Estado venezolano y hasta los familiares se hacían los locos por miedo (inseguridad) a que los buscaran a ellos también para destinarlos a lo mismo. Claro, cualquiera podría argumentar que en esos momentos había una seguridad: la seguridad de que si te ponías a estar queriendo luchar por la justicia social te iba a agarrar cualquier policía y te iba a matar.

Lo cierto es que En Revolución no hay muchas seguridades aparte del espectro que recorre la Patria Grande con la idea de que un mundo mejor es posible y necesario. En el Capitalismo hay una enorme seguridad: es seguro que la mayoría será cada vez más pobre y el 1% de la población cada vez más rica. Ahora bien, en estos países sin libertad de expresión, hay otra libertad: creerse el mojón de que la clase media puede llegar a formar parte de ese 1%.



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