La Batalla de Pichincha
La Batalla de Pichincha
El 24 de mayo celebré la Batalla de Pichincha … en
Ecuador!!!
Habrá gente que pregunte: pero
bueno, y tu, que te la das de venezolanista, por qué no viajas en Venezuela? Y
la respuesta es: yo conozco TODO mi país y me enorgullezco de ello
completamente; y además lo sigo conociendo cada vez que tengo oportunidad. Es
por eso que cada año planificamos una ruta de entre once a trece días de rueda
y con todo “mi núcleo familiar” (humano y canino) recorremos sitios bellos de
este país; y muchos fines de semana llegamos hasta donde podemos.
Pero el año pasado visité a una gran
amiga en Argentina y fue una experiencia sabrosa; así que decidí viajar en
Latinoamérica, porque es tan económico y tan divertido como viajar en Venezuela
y me dispuse a conocer lo más que se pueda en lo que me queda de vida. Y este
año le tocó a los Andes de Ecuador.
Es una lástima que Conviasa haya
suspendido sus vuelos a Ecuador. No sé de qué habrá dependido esa decisión,
pero es absolutamente necesario que se recuperen esas rutas: Quito y Guayaquil.
Y la razón fundamental es que nuestra consanguinidad pide que nos conozcamos
entre nosotros tanto como a nosotros mismos.
Los ecuatorianos son gente
muuuuyyyyy sabrosa; tanto, que la falta de oxígeno de las alturas quiteñas se
compensa con el exceso de riqueza humana. Cariñosos, lindos, gentiles,
solidarios, buenos. Los ecuatorianos son como los venezolanos!!! Tanto que en
algún momento quise creer en la reencarnación, para decir que en otra vida fui
quiteña, seguro.
Además hay que medirse con aquellas
montañas inmensas, poderosas, fantásticas. Hay que verlas y sentir lo que
cuentan las mitologías de los pueblos andinos sobre ellas: Mama Tungurahua le
echa ceniza en la cara al Taita Chimborazo porque es un sinvengüenza que la
engaña con cuanta volcana encuentra por ahí. Y el Guagua Cotopaxi sigue
creciendo estrepitosamente porque como todo joven es muy impetuoso. Y cuando se
está a las faldas de aquellos volcanes enooorrrrmes se siente que en realidad
son Pachacutic y Pachamama los que están al timón de la vida: el Universo y la Tierra poco son afectados
por mucho que hagamos los que aquí habitamos.
Y además sorprende similitudes como
que los ecuatorianos tienen su VTV y su Globovisión y su Televen. Y también su
“Esquina Caliente” y su mayoría de la gente en la calle orgullosamente
chavista, perdón, correísta, que a la sazón, es lo mismo, es la dignificación
de la vida propia, de nuestro verdadero ser. Es el ciclo APACHACUTIC que
termina y el PACHACUTIC que se despereza de su largo sueño de quinientos años.
Es la
Revolución Bolivariana y Ciudadana que construimos y que nos
construye.
Ahora me siento también ecuatoriana
y entendí en la piel porqué El Libertador se enamoró de esas gentes y de esas
tierras y porqué las sintió suyas y porqué lo adoptaron a él y al Mariscal
Sucre y a Flores.
Solo tengo una demanda y estoy
segura que llegará un día que funcione así: las “inmigraciones”
latinoamericanas deberían diferenciar entre NACIONALES y EXTRANJEROS:
nacionales de la CELAC
por un lado y extranjeros por el otro. Y se que pronto empezaremos a aplaudir
en el avión cuando lleguemos a cualquier sitio de nuestra PATRIA GRANDE. Porque
la felicidad que se siente cuando uno llega a su sitio lo que provoca es
aplaudir!!!
Comentarios