La Casa Amarilla
No pude decidirme por alguna de las fotos, así que subí tres. La primera es de la fachada de la casa colonial, que fue cárcel, después sede del Poder Ejecutivo del país, después Ministerio de Relaciones Exteriores. La segunda es del balcón desde donde veo pasar todo en la Plaza Bolívar. La tercera es una vista de una de las calle de acceso, que son paseos peatonales.
Cuenta la historia que a uno de esos balcones se asomó el Capitán General Emparan para recibir el rechazo del pueblo caraqueño el 19 de abril de 1810, acción que diera lugar al inicio formal de la Guerra por la Independencia. De uno de esos balcones fué desde donde supuestamente se lanzó el Presidente Castro en el terremoto de 1900, para huir de la sacudida de la tierra, que como muchos años antes en su Capacho natal, prometía ser prodigiosamente mortal.
La Casa Amarilla está siendo restaurada, a fin de poder descansar de su movimiento incansable de casi tres siglos, para convertirse en un apacible museo, donde se pueda admirar la sobriedad y sencillez colonial, así como las obras del patrimonio cultural venezolano que allí reposan.
Cuando eso pase, nuestra sede ya no estará allí ... y lo sentiré mucho, porque no puedo imaginar un sitio de trabajo más inspirador que ese.
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