Las antisociales redes sociales
En los textos de Marx denominados “de juventud”, se expone cómo el primero de los objetivos que ha tenido el capitalismo desde su nacimiento es convencer a los proletarios de que son lo más felices que se puede ser, sea cual sea su circunstancia; de que la mejor forma de ser es pedir a dios que este estar no dure tanto, porque estamos seguros que en el próximo la cosa será bastante mejor; de que los intereses del capitalista son sus intereses y deben defenderlos, aún a costa de sí mismos, proporcionando al capitalista la mejor economía de recursos posible.
Hasta ahora, el más eficiente y barato de todos los aparatos ideológicos del poder capitalista había sido el aparato constituido por los medios de comunicación, que había logrado con mucha eficiencia comunicar lo que estaba permitido pensar y no comunicar lo que no estaba permitido. Con la radio y los canales abiertos de televisión se logró conseguir la máxima expresión de la ideologización al menor costo, ya que los costos eran automáticamente trasladados a la sociedad entera: una parte la paga la publicidad, otra parte la pagan los consumidores al comprar los aparatos, otra parte la pagan los estados, con lo que el trabajo de reproducción del modo de producción capitalista tenía un costo ridículo. Inclusive, con los medios de comunicación, las iglesias tuvieron que modernizarse y empezar a hacer negocios, porque la radio y la televisión sustituyeron el trabajo ejercido desde los púlpitos, cambiando así de manos el poder político que detentaban los religiosos, que era hasta ese momento el más potente, por el de los dueños de los medios de comunicación.
Pero llegaron los aparatos ideológicos de última generación: los reproductores caseros de películas y de juegos virtuales (que ahora incluso pueden ser jugados en línea) y por último, el Internet. Y ellos se convirtieron en los mejores instrumentos para mantener a grandes ingentes de gente que se autodenomina “de clase media” ocupada, tranquila, aislada y feliz. Porque es claro que, como todo, unos instrumentos pueden ser usados para unos segmentos de la población con mejores resultados que esos mismos en otros segmentos, para los que se necesitan otros aparatos. Así, con la sustitución progresiva de las salas de cine por las proyecciones caseras individualizadas, se reducía el riesgo de contacto cercano de unas personas con otras en las grandes salas de cine. Cuando las películas perdieron su interés por la poca interactividad con la máquina, surgieron los juegos virtuales. Y ya in extremis surgió Internet, que permitió que los juegos se pudieran llevar a cabo de forma colectiva, aunque fuera entre un colectivo invisible, que después recibiría el nombre de virtual.
Y cuando ya creíamos que las dosis de ideologización para los estratos medios de la sociedad capitalista eran tan altas que nos provocaban vómito, llegaron las llamadas “redes sociales” de Internet, que empezaron siendo una extensión del correo electrónico, por el que se podía chatear (que hace mucho ya es un verbo en español), hablar por teléfono de forma gratuita, poner fotos y leyendas: hasta ese momento a nadie se le había ocurrido llamar a eso “redes sociales”. Pero con la puesta en marcha de Facebook, la ideología alcanzó su punto máximo de efectividad en el tema del extrañamiento del uno con el otro en estas sociedades caracterizadas por la profunda crisis del modo de producción.
El primer logro de Fb es que las personas tengan en una lista todos los que logre conseguir que acepten su “solicitud de amistad”. De esta manera se logran varias cosas: 1) Satisfacer la necesidad de identificación que tiene el ser humano con los demás, haciendo creer a los usuarios que todas las personas que ha visto alguna vez en su vida son sus amig@s, dándose el caso de personas que tienen una lista abultadísima de gente que no han visto jamás y a las que le cuentan paso a paso su vida íntima. 2) Satisfacer los egos hipertrofiados de personalidades competitivas, dándose el caso de personas que tienen una lista inmensa, porque aunque no sirva para nada, eso les atribuye de cierta manera la cualidad de dueño, porque los de su lista de algún modo le pertenecen. 3) Satisfacer la necesidad de compañía de aquellas individualidades neuróticas o sociópatas, dándose el caso de gentes que no son capaces de comunicarse personalmente con sus vecinos, pero son los más populares en la red. 4) Mantener a un contingente grande de las clases medias del planeta conectado por horas a una labor completamente individualista e improductiva.
El segundo logro de Fb, por supuesto, es mantener ubicado a la gente por su entorno, sus opiniones, sus gustos, sus fotos, su color y su sabor. Y esto probablemente es lo más eficiente en cuanto a inteligencia social se ha logrado hasta los momentos, porque nunca antes hemos estado tan plenamente identificados como ahora. Pero esto es solo una especialización de lo ya logrado con los correos electrónicos.
Lo cierto es que las llamadas “redes sociales” son absolutamente antisociales. La gente está en su casa, creyendo que se comunica, en la ilusión de que tiene muchos amigos, pero en realidad lo que pasa es que está siendo aislada cada vez más de sus congéneres, permitiendo que la realidad virtual exacerbe las neurosis estimuladas por el capitalismo y dejándose chequear en todo momento por todo aquel que quiera hacer uso de ese instrumento.
Por supuesto, que no puedo creer que los dueños de esas patentes, que son las grandes corporaciones transnacionales, crean que con ello pueden mantener TODAS las voces disidentes calladas; porque es ilógico pensar que fueron inventos pensados para callar a todos. Para eso hay perros, electricidad, agua y otras alternativas menos sutiles que pueden tranquilizar a los más radicales; y eventualmente, misiles teledirigidos con bombas de fósforo pueden acabar con los últimos reacios. Con todo y eso, hay un estrato de la población mundial que ha logrado colarse en este entramado de “redes sociales”, que está transmitiendo voces de inconformidad por los mismos medios por los que se transmiten los mensajes subliminales que aquietan las conciencias. Pero esto no tiene ni mínimamente preocupados a los que manejan los hilos del “establishment”; los únicos que llegan a grandes cantidades de gente son los dueños de los grandes medios de comunicación, que siguen siendo los que inundan los medios virtuales.
Hace algún tiempo, la conductora de un programa de radio, que se autodenomina revolucionaria y dice apoyar al gobierno actual en la consecución del cambio de las políticas públicas venezolanas en la búsqueda del socialismo, casi en estado de histeria se declaraba terriblemente alarmada porque algún “chavista” había escrito una palabra altisonante en una de esas “redes sociales”; menos mal que la nombrada locutora entrevistaba a alguien que la calmaba diciendo: no te preocupes, chica, que redes sociales son las que se están armando en los barrios para gestionar la instalación del gas directo o la construcción de un acueducto o la contraloría social en el módulo de atención primaria de salud.
Así que soy optimista, porque aunque es verdad que el mejor logro de la tecnología de las comunicaciones haya sido hasta ahora incomunicar a la gente, a las sociedades, a los pueblos, también es cierto que se está trabajando en la organización mundial de verdaderas redes sociales, que están destinadas a tomar por los cachos el poder de las sociedades, no solo para exigir la justicia y la equidad, sino para llevarla a cabo y hacer que se reproduzca. Mientras haya tanta gente que no tenga Internet, tenemos esperanzas.
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