30 de mayo


Si estuviera vivo lo hubiera llamado para felicitarlo. Todavía me pasa a veces que pienso en llamarlo para comentarle algo, hasta que milésimas de segundo después me doy cuenta que no puedo. No puedo evitar recordarlo. No puedo evitarlo, porque fue una parte de mi, como una de mis piernas o un riñón, que una vez ido ya nada lo sustituirá jamás.

A la edad en que sus ancestros se enfermaron se enfermó, aunque se cuidó toda la vida para que eso no le pasara. Aquello de que "ese análisis adolece de un positivismo propio del siglo XIX" se volvió pura paja y no pudo soportar la idea de que por mucho que cambiemos nuestro entorno, es nuestra naturaleza la que nos determina.

Feliz cumpleaños, Longui, todos los días te extraño.

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