Demasiado...
Alguien alguna vez me escribió esto. Demasiada pasión, demasiada juventud, demasiada belleza, demasiado...
Si arrancarte
esos senos hermosos
a mordiscos
si vaciarte los ojos
con múltiples punzadas
de mi lengua
si partirte ese tercer ojo
en un rápido movimiento
de mi sexo
no fuera
un agudo placer,
hace mucho tiempo
que hubiera
roto tu cuello de cura
buscando
con la muerte
recobrar
la sensación de vida.
CEA
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