Revolución y Petróleo: paradoja venezolana


En cualquier reflexión, de ahora en adelante, habrá que tener presente que Venezuela tiene hasta ahora el 30% de las reservas probadas de petróleo del mundo entero. Eso, más que ponerla en el ojo del huracán, causa un huracán geopolítico de magnitudes, por ahora inconmensurables.

Siendo que China tiene una tasa de crecimiento brutal desde hace algunos años, necesita asegurar sus fuentes de energía; solo que China no es exactamente un país socialista, sino todo lo contrario, uno de los capitalismos emergentes más explosivos que hay por el momento. Por otro lado está Rusia, que para nada es socialista y que, sin reservas energéticas, necesita urgentemente del subsuelo de este lado del mundo, para mantener su poderío industrial y bélico. Se podría decir que esos dos países estarán dispuestos a enfrentarse con Estados Unidos por lo que queda de petróleo en el planeta. Pero tanto ellos como el imperio más poderoso que ha habido en la historia de la humanidad saben que una guerra frontal entre ellos, sería una guerra terminal y extremadamente corta. Así que, salvo equivocación, no hay peligro de una escalada bélica entre ellos.

De los países que están en nuestra área de influencia habrá que ver cómo es el comportamiento de las políticas exteriores del Brasil sin Lula y de la Argentina sin los Kirchner. Hasta ahora no parece que el cambio vaya a ser muy grande, así como no ha cambiado sustancialmente el Chile post Bachelet. Perú y los pequeños del sur parecen querer pasar inadvertidos mientras evalúan los acontecimientos. México está sufriendo los embates cada vez más dolorosos de las políticas estadounidenses, lo que neutraliza en buena medida su cuadre con el imperio y los países centroamericanos y caribeños, al igual que los sureños están a la espera, pero sin despreciar la solidaridad venezolana.

Venezuela acaba de firmar un tratado con Rusia sobre cooperación en inteligencia y en tecnología bélica. La presentación de la Guardia de Honor bielorusa, en el desfile por la celebración del Bicentenario del 19 de abril, parece haber sido hecha para dejar en claro que lo que hasta ahora fue parte del ejército soviético no está dispuesto a que los dejen sin su porción de petróleo. Con esto presente, Colombia, que es la apuesta fuerte del imperio, no parece capaz de llevar a cabo con éxito alguna escaramuza contra sus vecinos en estos momentos. Además, después de todos los recursos invertidos para convertirla en la cabeza de playa contra Venezuela, parecen estar muy empantanados con la política doméstica como para coordinar acciones, por lo menos a corto plazo, en contra de los vecinos. En esta coyuntura, necesitaban un presidente de acción rápida, que el día mismo de la toma de posesión pusiera en marcha la política exterior en función de la devastación de los hermanos, a fin de ayudar a la oposición venezolana a ganar las elecciones parlamentarias en septiembre próximo, en vistas a un golpe estilo Honduras. Pero el panorama luce turbio con la aparición de un recién avenido, que al no estar en la jugada, requerirá explicaciones, que significarán retraso en las acciones; la opción de matarlo sería complicar las cosas aún más.

Estados Unidos necesita mientras tanto asegurar su poder sobre todas las restantes reservas energéticas del mundo, porque es evidente que 70 es más que 30. Sin embargo habrá que acotar que esos 70 necesariamente le saldrán más onerosos, porque están más lejos. Por eso, no hay posibilidad de que los Estados Unidos renuncien a lo que ellos creían que era su derecho sobre las reservas energéticas en el subsuelo venezolano. Por lo tanto, seguirán haciendo el esfuerzo político para que Chávez se vaya, a fin de imponer en Venezuela un nuevo régimen que les permita volver a poseer abiertamente lo que creen suyo. Solo que para eso necesitan gente capacitada, tanto adentro como afuera. Y sobre todo, necesitan desestabilizar realmente al país.

Hasta ahora la desestabilización no ha funcionado, porque mientras la economía ande bien, las clases medias no moverán un dedo para cambiar nada, lo que paradójicamente demuestra la victoria de la ideologización capitalista, que ha logrado convertir a esa capa de la sociedad en individualidades aisladas, sin interés alguno por lo que pasa con el de al lado. No ha funcionado las intentonas que ha habido de subvertir el orden militar, porque los militares sienten que están en el poder, lo cual satisface sus ideales, lo que paradójicamente es también una victoria del imperialismo del siglo XX, que pretendió separar las mentalidades militares de las civiles, haciendo que los primeros se sintieran superiores a los pobres, pero a la vez subordinándolos a lo que llaman “la clase política”, lo que era una contradicción que notaron cuando fue demasiado tarde. Por último, el domingo 2 de mayo se llevaron a cabo las elecciones internas del PSUV, para escoger los candidatos al parlamento nacional, hito inédito en la historia de la política suramericana y participaron DOS MILLONES Y MEDIO de personas, lo cual es una cantidad impensable hasta en elecciones nacionales en otros países con la misma cantidad de habitantes.

Tal y como se ven las cosas, la geopolítica mundial nos presenta una buena oportunidad para seguir concientizándonos, a fin de que la organización popular se empodere cada día más y la participación haga cada vez menos plausible que esta revolución sea reversible. Debemos actuar como los alcohólicos: un día a la vez, pero con un objetivo estratégico: la Justicia Social.

Venceremos!!!

Comentarios

Francisco Estrada ha dicho que…
Saludos, licenciada Moravia: Excelente análisis, bien redactado y perfectamente bien sustentado. también leí su artículo "La Polar somos Todos", en Aporrea. Me gustó mucho también.
Siga cosechando éxitos y hasta la próxima, atentamente,
Francisco Estrada Salas
CNP 1.913
Anónimo ha dicho que…
En efecto, el interés fundamental de todas las potencias son los recursos geoestratégicos energéticos del cono sur y especialmente el de Venezuela, sin embargo hay un nuevo motivo que no debemos obviar, y es que al escases galopante del vital líquido a la que se enfrenta la humanidad y el planeta, es el nuevo motivo para mantener a nuestra región subyugada:
La lucha que se avecina será despiadada… estemos atentos…

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